La cuarentena: el cautiverio del ser humano ante el Covid-19
Redacción: Oscar Orellana
No sé si te has puesto a reflexión, pero durante estos
días de cuarentena en el que hemos tenido que estar encerrados en nuestras
casas, nos hemos sentido mal, desesperados, angustiados, con miedo, y por
supuesto sin nuestra libertad que nos corresponde de transitar por donde
queramos y a la hora que queramos, literalmente.
Asimismo, sé que has notado que la desesperación cada vez
se apodera más de ti, cuando no puedes moverte de un mismo sitio. Es decir, sentimos que nuestro hogar se ha convertido en nuestra propia cárcel de quien no
podemos salir, porque hay algo que nos obliga a no hacerlo: primero el decreto
emitido por el gobierno, para cuidarnos del virus que está suelto en el mundo, contagiando a su paso a quien sea. Por eso debemos guardar cuarentena, para
cuidar a los nuestros.
Pero a raíz del encierro, hago la comparación entre el
ser humano y los animales que están en cautiverio. Si vemos los animales fueron alejados de
sus madres y familia para pasar toda su vida en una jaula a pena uno o dos
metros más grande que ellos. En cierto momento he llegado a sentir la angustia
y el miedo que sienten, quizás no con la misma intensidad, porque los seres
humanos estamos encerrados, pero el espacio es más grande, no nos han alejado
de nuestras familias (a algunos), tenemos tv, internet y celulares con los que podemos
apaciguar la desesperación.
Sin embargo, los animales, no. Ellos tienen que vivir en
una esclavitud por el resto de su vida, algunos en zoológico donde son objeto
de atracción y de admiración para todo aquel que los visita. Para nosotros
quizás puede ser alegría ver a una especie, pero te has puesto a pensar ¿Qué
sentirán ellos al estar encerrados?... claro, creo que casi nunca, porque cada quien busca sus
beneficios y mientras no estemos en los zapatos del otro, no sabremos cómo
actuar o cómo sentirnos.
Por lo tanto, te incito a reflexionar, a creer que todos
en cierta forma somos libres en este planeta. La tierra fue creada para
convivir unos con otros, para disfrutarla y cuidarla. Los animales deberían ser
libres, pero sabemos que el peor destructor del mundo somos los seres humanos.
Nosotros quienes contaminamos, deforestamos y quemamos nuestra propia
naturaleza.
Espero que cuando termine esta cuarentena hayamos
aprendido algo. Y recordemos que el cautiverio nos hace esclavo del miedo. Por
ello, deja volar aquellas especies que tienen alas y que nacieron para adornar
nuestro cielo. Deja a las especies caminar, arrastrarse y nadar libremente y
sobre todo, protege la naturaleza. Ella necesita de nosotros y nosotros
necesitamos de ella. Seamos buenos humanos, aún no es tarde para cambiar y
salvar este planeta a quien le llamamos nuestro hogar.
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